Alguna vez creí que los gatos se escondían en las refrigeradoras solo para no ser pillados por sus travesuras, de hecho, recuerdo haber visto uno cuando me senté a beber algo en un lugar que por cierto, hoy ya no existe; era una noche divertida donde la luna rebosaba de felicidad juntó a las estrellas de Octubre para ver todo lo que acontecía debajo de ellas.
Qué loca es la vida al permitirme experimentar aquellas situaciones creativas junto a personas fascinantes, qué hermosos son los meses de invierno y de primavera que producen en mi una gran felicidad, pero sobre todo, qué especial son los días por contarme historias a través de la música.
¿Y los gatos?, no sé donde andarán ahora, pero posiblemente estén de fiesta dentro de algún lugar helado y refrescante, solo fíjense detrás de sus refrigeradoras, lo más probable es que vean colas moviéndose al ritmo de alguna canción movida.
Se preguntarán porque "Mi zen zen" dejó de escribir hace un buen tiempo, pues me encontraba en un pequeño break con lecturas, libros y exámenes que me dejaban libre solo en sueños. Si vieran mi blog en sus sueños, verían millones de notas mías con fotografías realmente bellas y pintorescas.
Los veo en mi "pequeño break" mis estimados lectores, ahora, antes de irme a dormir iré por un vaso de yogurt a la refrigeradora en donde estoy más segura que encontraré al pequeño gato moviendo la cola al son de mi música. ¡Qué divertida noche!
Foto tomada por: Tatiana Guskova.
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