Los inicios siempre son inspiradores, y ya que empezamos un nuevo año, no pude resistirme a escribir de nuevo en este blog, que sin más no lo recuerdo, lo creé para desahogar lo que mi alma enmudecida quería expresar a viva voz. No espero que todo el mundo lo lea, pues más bien este espacio es algo personal, y si te topas con alguna de mis notas, qué más da, "sin querer queriendo" conociste un 'pedacito' de mí.
Y es que soy como todos: yo también amé, me aferré, lloré, perdí, soñé, me caí, me levanté, sentí, tuve valor, dolor, me escondí, mentí, me enojé, grité, sonreí ... Cada vez que pienso en lo que he vivido en estos últimos años, recuerdo con claridad cada momento creado por mí, pues siempre seré el personaje principal, a pesar de cambiarme de nombre varias veces.
Y ya que hablo de "cambios", me permito añadir que he intentado cambiar varias cosas en mi vida, pero no las he logrado del todo; especialmente cuando arranca un nuevo año y digo: "Ahora sí". Pero tengo el consuelo que no soy la única en esto, y sobre todo, que tengo el privilegio, al igual que tú, de empezar un nuevo año, siendo nuestra nueva oportunidad de lograr lo que queremos. Y si no lo logramos -nuevamente- quedarán más años, si Dios lo permite, para volver a intentarlo.
Iba a terminar este post con la frase en inglés: "never give up", pero estoy cansada de verla ser utilizada por personas que se mienten a sí mismas y tratan de fingir lo fuertes que son frente a los demás. Así que mejor terminaré esto con un breve silencio.
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